No hace mucho tuvo lugar el siguiente suceso: una persona, que en su ordenador tenía instalado un antivirus, padeció, a pesar de eso, los efectos de que su dispositivo se viera infectado por un troyano (un software malicioso). Este troyano permitió al ciberdelincuente conocer las claves de la banca del sujeto y, de la cuenta del mismo, desaparecieron... ¡más de 50.000 €!.
En virtud de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia 48 de Madrid, de 27 de mayo de 2016, el individuo no cometió ninguna negligencia grave, ya que tenía instalado un sistema antivirus en su ordenador antes de que éste hubiera sido infectado; en cambio, el banco tendría que haber adoptado las medidas necesarias para detectar el virus y evitar el fraude.
Esta sentencia resolvió condenando al banco al reintegro de la cantidad sustraída al sujeto más las costas del juicio.
Con esto, decir que cada vez son más las sentencias que resuelven en contra de los bancos en supuestos similares de ataques informáticos a sus usuarios.